El bluetooth está hoy en casi todas partes: smartphones, auriculares, teclados, ratones o altavoces traen incorporada esta función que es sencilla de activar pero cuyo alcance es limitado.
Tobias Hanraths / DPA
Berlín, Alemania.- El bluetooth está hoy en casi todas partes: smartphones, auriculares, teclados, ratones o altavoces traen incorporada esta función que es sencilla de activar pero cuyo alcance es limitado. Además, en el teléfono móvil puede convertirse en puerta de entrada de programas malignos.
Conectar, pulsar un botón, esperar que la luz comience a parpadear y ya está abierta la conexión. Lo normal es que incluso un novato pueda conectar sin problemas dos dispositivos por bluetooth.
Es habitual usarlo para transmitir datos de un teléfono a otro o escuchar en unos altavoces música procedente de un dispositivo móvil. "El bluetooth se usa siempre que se quiera intercambiar datos a corta distancia entre dos dispositivos y cuando los cables no hacen más que estorbar", dice Matthias Schäfer, especialista del instituto alemán Fraunhofer para circuitos integrados (IIS).
Otros dispositivos pueden ser un ratón o un teclado inalámbricos para una computadora o una tableta, auriculares para smartphones o controladores de consolas de juego. La tecnología bluetooth es aplicada incluso en la medicina. Por eso, no sorprende que actualmente esté tan difundida: "Está hoy incorporada en todo smartphone y toda laptop", señala Schäfer.
El bluetooth fue inventado en 1994 por técnicos de la firma sueca Ericsson, fabricante de teléfonos móviles. Desde 1998 existe el Grupo de Interés Especial Bluetooth (SIG, por sus siglas en inglés), una agrupación industrial que se ocupa de proseguir el desarrollo de esta norma.
El nombre de bluetooth deriva del rey danés Harald I, apodado Blåtand, cuya adaptación al inglés acabó como "bluetooth" (diente azul), y que durante su reinado en el siglo X se caracterizó por ser un hábil comunicador y unificar a las tribus enfrentadas.
El bluetooth tiene gran importancia en el terreno del sonido. Uno de los dispositivos más populares son los altavoces portátiles que sin problemas pueden emitir música de forma inalámbrica. Hay también pequeños receptores bluetooth con los cuales se puede acondicionar equipos de música para la recepción inalámbrica de sonido desde teléfonos inteligentes o tabletas.
Su mayor ventaja reside en que siempre están a mano. "No tengo que instalar ni conectar nada, simplemente disfrutar", dice Holger Wachsmann, de la asociación de la industria de audio alemana High End Society.
Por el contrario, otras formas de transmisión inalámbrica de música –como Airplay de Apple o la norma universal DLNA – el usuario tiene que conectar sus accesorios primero a una red local WLAN o bien descargar las apps correspondientes para su smartphone o su tableta. El bluetooth, en cambio, funciona sólo con los dispositivos disponibles en el accesorio. Aunque es verdad que otras soluciones, como Airplay o DLNA, proporcionan una mejor calidad sonora.
En todo caso, la música no suena mal a través del bluetooth. Lo único importante es la calidad de los altavoces y que se esté empleando el codec de audio adecuado. "El A2DP es prácticamente el codec standard de bluetooth", señala Wachsmann. "Pero con él la música es comprimida aún más que en un archivo MP3". En ese caso, no se puede exigir demasiado.
En cambio, si tanto el transmisor como el receptor usan bluetooth 4.0 con un codec aptX, el equipo alcanza una calidad de grabación casi de CD. "Para el especialista en audio hay aún diferencias, pero para el oído del usuario normal no son perceptibles", dice Wachsmann.
En lo relativo al streaming de música, el bluetooth, en comparación con la tecnología WLAN, tiene un alcance notoriamente inferior. Llega en teoría a un máximo de diez metros, pero en la práctica la conexión se interrumpe antes. "Esto depende, por ejemplo, de dónde esté la antena en el altavoz y de cómo haya sido instalada", señala Holger Wachsmann. Además, otros dispositivos bluetooth o una red WLAN pueden también interferir en la transmisión de las señales.
La frontera de los diez metros no rige sólo para el campo de audio, pues casi todo dispositivo bluetooth pierde la conexión al incrementar la distancia. No obstante, teóricamente son posibles distancias mayores: existen diferentes niveles de tecnología. Si bien la Clase 2 llega sólo hasta los 10 metros, la Clase 1 alcanza hasta los 100 metros. "Con ello, no obstante, se incrementa también el consumo de energía", señala Schäfer. "Es por eso que la mayoría de los fabricantes se limita al alcance menor".
En el caso de los celulares, el bluetooth es un arma de doble filo: si bien permite conectar auriculares sin problemas y también la transmisión de datos de un dispositivo a otro, si la conexión está activada durante largo tiempo aumenta también el consumo de energía del teléfono.
Además, cuando está permanentemente en funcionamiento, esta tecnología puede convertirse también en puerta de entrada para hackers, advierte la agencia alemana de seguridad informática (BSI). Así, por ejemplo, desconocidos pueden diseminar virus o gusanos al acceder a smartphones ajenos.
Es por ello que se aconseja al usuario apagar la conexión cuando no se necesite. Los usuarios de aparatos Android lo pueden hacer con relativa facilidad a través de la barra de estado o incluso instalarse un widget en la pantalla de inicio para conectar o desconectar. En los iPhone, por el contrario, el bluetooth sólo puede ser activado o desactivado a través de los Ajustes.
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