Los científicos creen que el mejor lugar para encontrar las moléculas complejas basadas en carbono es en la base del monte para saber si hubo vida en el lugar.
AP
Pasadena, California, EU. Desde que cautivó al mundo con su acrobático aterrizaje, el explorador marciano Curiosity ya se hizo de una rutina. Avanza, toma fotografías, elude peñascos, levanta tierra y repite cada una de esas operaciones.
En el itinerario original, tenía que salir antes del 1 de enero, pero el Curiosity demoró más tiempo de lo planeado en una parada de reabastecimiento. Ahora, la sonda exploradora de la NASA se encaminará al monte Sharp en febrero, después de perforar su primera roca.
"Posiblemente estemos listos para pisar el pedal y devolver las llaves a los conductores del explorador", dijo el jefe científico de la misión John Grotzinger en una entrevista reciente al Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
El viaje ocurre en medio de grandes expectativas. Después de todo, es la razón de la misión de 2 mil 500 millones de dólares que tiene como objetivo el cráter Gale, cerca del ecuador marciano. Desde el centro del antiguo cráter se eleva un pico de 4.8 kilómetros de alto (3 millas) con intrigantes capas de roca.
La misión del Curiosity es averiguar si el sitio tuvo alguna vez las condiciones ambientales para que subsistieran microbios. Los científicos ya saben que en el pasado hubo agua gracias a que el explorador descubrió un viejo cauce. Además del agua, la vida como la conocemos también necesita la energía solar.
Lo que faltan son los ladrillos químicos que construyen la vida: moléculas complejas basadas en carbono. Si éstas se preservan en Marte, los científicos creen que el mejor lugar para encontrarlas es en la base del monte Sharp, donde imágenes tomadas desde el espacio revelan pistas de una interesante geología.
Será un viaje de seis meses si el Curiosity no se detiene. Pero como los científicos quieren comandar el explorador de seis neumáticos para descansar y examinar el suelo rocoso en el camino, podría convertirse en una odisea de nueve meses.
Antes de ir a la montaña, todavía hay cosas que hacer. Después de pasar el Año Nuevo midiendo la atmósfera marciana, el Curiosity tendrá que encontrar la roca perfecta para perforar. El ejercicio —desde elegir una piedra hasta perforarla y descifrar su conformación química— podría durar al menos un mes.
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