Philip Elmer-DeWitt.
Sin saberlo, durante años he estado alimentado con información geográfica la base de datos cartográficos de Google; cuando buscaba direcciones, compartía mi ubicación, revisaba los congestionamientos de tráfico en Google Maps.
Google, por su parte, ha estado desguazando esos datos buscando cada pepita de inteligencia que sus ordenadores pueden extraer. Sin ser un voluntario consiente, he estado participando en un ingente experimento de crowdsourcing (colaboración masiva), quizás el más grande que el mundo haya visto. ¿Quién sabe cuántas cosas le hubiera podido enseñar a Google Maps si hubiera navegado la superficie del planeta con un teléfono Android en mi bolsillo?
Apple, al construir su aplicación Maps para iPhone sobre la base de datos cartográficos de Google, ha sido cómplice en este hercúleo ejercicio de recolección de datos desde el lanzamiento de su primer iPhone en 2007.
Los célebre vehículos de Google que se desplazan por los caminos del mundo recogiendo imágenes para Street View reciben la mayor atención, pero en realidad son los millones y millones de datos suministrados por cientos de millones de usuarios los que hacen que Google Maps luzca tan inteligente, y que la nueva aplicación de mapas de iOS 6 nos parezca tan ridículamente estúpida.
En el artículo publicado el sábado en el New York Times, el columnista Joe Nacera se pregunta: "Si Steve Jobs estuviera vivo, ¿sería tan absolutamente desastrosa la nueva aplicación de mapas en el iPhone 5? Interesante pregunta, ¿verdad?".
Pues no, no es una pregunta interesante. Es el cliché más común en la era post-Jobs.
Además, la decisión de no usar más la base de datos de mapas de Google al final de lo que probablemente fue un contrato de cinco años tuvo que haberse tomado mientras Jobs dirigía la compañía.
"No hacer su propia aplicación Maps hubiera sido un error todavía mayor", comenta Horace Dediu de Asymco, quien abordó el tema a profundidad en su podcast Critical Path de la semana pasada.
"El error fue no haberse metido en los mapas antes, que estaban bajo la supervisión de Jobs. Nokia lo vio muy claro hace años, y desembolsó 8,000 millones de dólares para atajar el problema. El sufrimiento que Apple siente ahora es resultado de cuando decidieron entregar la franquicia a Google desde el comienzo del iPhone".
Es fácil burlarse de la aplicación Maps de Apple en su estado actual. Yo mismo me he reído de sus torpezas desde junio, y ahora todos están sumándose.
Pero el hecho es que la compañía de la manzana se puso a sí misma en la posición de alimentar -con la valiosa información geográfica de sus clientes- la base de datos de su peor enemigo. Eso no podía continuar para siempre.
Superar la dependencia y desengancharse de Google Maps no será sencillo. Quizás sea una de las cosas más difíciles que Apple haya intentado.
Si has visto suficientes ejemplos de los tontos errores que Apple Maps comete y quieres entender cuánto hay involucrado en su corrección, te recomiendo el texto de Mike Dobson "Google Maps announces a 400 year advantage over Apple Maps".
Dobson, ex profesor de geografía en la Universidad SUNY Albany, fue jefe de cartografía en Rand McNally desde 1986 a 2000, y hoy dirige el servicio de consultoría TeleMapics.
"Tal vez el error más notorio es que el equipo de Apple confió el control de calidad al algoritmo y no lo basó en un proceso parcialmente vetado por analistas humanos informados. No puedes leer sobre los errores en Apple Maps sin darte cuenta de que esos mapas estaban siendo visualmente examinados y utilizados por primera vez por los clientes de Apple y no por el personal de control de calidad de Apple. Me sorprendería que Apple hubiera creído que los resultados iban a ser diferentes de lo que son. Por supuesto, la arrogancia es una emoción poderosa".
Dobson ha estado recibiendo y respondiendo preguntas de los lectores en un hilo de comentarios de su blog Exploring Local. Es como un curso universitario en cartografía. Espero que alguien en Apple esté monitoreándolo.
Actualización: Los comentarios de Jean-Louis Gasée de Monday Note, como siempre, tienen un enfoque perceptivo sobre el problema:
El ridículo que Apple ha sufrido a raíz de la introducción de la aplicación Maps en iOS 6 ha sido en gran medida auto infligido. El demo (que presentó) era impecable, mapas en 2 y 3 dimensiones, navegación vuelta por vuelta, imágenes aéreas espectaculares...pero ni una palabra sobre las limitaciones de la aplicación, ni un guiño de autocrítica, ni siquiera admitir que iOS Maps es un infante que tiene que aprender a gatear antes de caminar, correr y, en última instancia, ganarle al líder, Google Maps. En cambio, se nos dijo que Apple Maps era el "servicio de mapas más bello y potente jamás visto".
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